ACTIVIDAD DE LECTURA
Lecturas paso a paso
¡Bienvenido a la colección de lecturas para estudiantes de español del Centro Virtual Cervantes! Presentamos una selección de divertidos y atractivos textos para aprender y practicar tu español.
Periódicamente irán apareciendo diferentes lecturas que hemos organizado en tres niveles --inicial, intermedio y avanzado— según la complejidad de los textos que incluyen; en cada una de ellas encontrarás, además, actividades que te facilitarán la comprensión de los textos y servirán para que practiques lo que has aprendido.
Periódicamente irán apareciendo diferentes lecturas que hemos organizado en tres niveles --inicial, intermedio y avanzado— según la complejidad de los textos que incluyen; en cada una de ellas encontrarás, además, actividades que te facilitarán la comprensión de los textos y servirán para que practiques lo que has aprendido.
El camping
Mediterráneo es un lugar agradable. Está en una playa turística pero bastante tranquila. Hay muchos pinos y el clima es fantástico.
De junio a septiembre no llueve casi nada. Al lado del mar tampoco hace demasiado calor. Por suerte, cerca del camping no hay muchas casas. Hay, sobre todo, campos de naranjos, que en primavera se llenan de flores blancas y naranjas.
El pueblo, Benisol, está a 3 kilómetros y la carretera termina en el camping. Al lado del camping hay una zona muy interesante desde el punto de vista ecológico. Es una zona muy húmeda donde paran muchas aves, en sus viajes hacia África y hacia el norte de Europa. En particular, el avetoro, un ave protegida.
De junio a septiembre no llueve casi nada. Al lado del mar tampoco hace demasiado calor. Por suerte, cerca del camping no hay muchas casas. Hay, sobre todo, campos de naranjos, que en primavera se llenan de flores blancas y naranjas.
El pueblo, Benisol, está a 3 kilómetros y la carretera termina en el camping. Al lado del camping hay una zona muy interesante desde el punto de vista ecológico. Es una zona muy húmeda donde paran muchas aves, en sus viajes hacia África y hacia el norte de Europa. En particular, el avetoro, un ave protegida.
En el tren
Carmen y Sylvie ya están en el tren. Hay mucha gente dentro y casi no pueden andar. Por fin llegan a sus sitios.
Hace mucho calor. Carmen se quita la chaqueta. Sylvie abre su gran bolso y coge una botella de agua. Tiene sed.
—Lo ves, Sylvie, no hay duda: todos estos madrileños se van de vacaciones —le dice Carmen.
Sylvie la mira y sonríe. Carmen es muy simpática. Sylvie la conoció el año pasado en aquella escuela. Fue su profesora de español, ahora son buenas amigas.
—Te veo muy tranquila, Carmen. ¡Qué suerte tienes! Yo no hago otra cosa que hacerme preguntas. No entiendo toda esta historia. Un año sin escribirnos, sin llamarnos por teléfono... Un año sin darnos noticias, y ahora, Otto nos escribe ese telegrama...
—Es bastante raro... pero tú conoces a Otto mejor que yo. No es fácil saber qué tiene en la cabeza. No hace nunca las cosas como todos.
—Sí, es un chico diferente —contesta Sylvie—. ¡Puag! Esta agua está caliente. Es imposible beberla.
Luego deja la botella en el suelo y mira por la ventana sin hablar.
«Pero... un año, un año —se repite la joven una y otra vez—, es mucho tiempo; demasiado tiempo...»
Sylvie cierra un momento los ojos y empieza a pensar en Otto: «No puedo olvidar aquel primer día de clase. Sí, lo estoy viendo, estoy viendo a Otto entrar en clase aquella mañana».
***
—Buenos días, ¿cómo estáis? Yo me llamo Carmen y voy a ser vuestra profesora de español estas cinco semanas. ¿Cómo os llamáis? —pregunta Carmen después de sentarse y dejar su bolso encima de la mesa.
Hace mucho calor. Carmen se quita la chaqueta. Sylvie abre su gran bolso y coge una botella de agua. Tiene sed.
—Lo ves, Sylvie, no hay duda: todos estos madrileños se van de vacaciones —le dice Carmen.
Sylvie la mira y sonríe. Carmen es muy simpática. Sylvie la conoció el año pasado en aquella escuela. Fue su profesora de español, ahora son buenas amigas.
—Te veo muy tranquila, Carmen. ¡Qué suerte tienes! Yo no hago otra cosa que hacerme preguntas. No entiendo toda esta historia. Un año sin escribirnos, sin llamarnos por teléfono... Un año sin darnos noticias, y ahora, Otto nos escribe ese telegrama...
—Es bastante raro... pero tú conoces a Otto mejor que yo. No es fácil saber qué tiene en la cabeza. No hace nunca las cosas como todos.
—Sí, es un chico diferente —contesta Sylvie—. ¡Puag! Esta agua está caliente. Es imposible beberla.
Luego deja la botella en el suelo y mira por la ventana sin hablar.
«Pero... un año, un año —se repite la joven una y otra vez—, es mucho tiempo; demasiado tiempo...»
Sylvie cierra un momento los ojos y empieza a pensar en Otto: «No puedo olvidar aquel primer día de clase. Sí, lo estoy viendo, estoy viendo a Otto entrar en clase aquella mañana».
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—Buenos días, ¿cómo estáis? Yo me llamo Carmen y voy a ser vuestra profesora de español estas cinco semanas. ¿Cómo os llamáis? —pregunta Carmen después de sentarse y dejar su bolso encima de la mesa.